domingo, 24 de abril de 2011

Capitulo 1

MF
- Tenía miedo, pero uno no puede huir de uno mismo-
Los pensamientos de Mary iban de cielo en cielo, atravesando desde la noche más fría hasta los desiertos más secos. Sus sueños siempre eran iguales, hiba corriendo, combatiendo a los monstruos de siempre y hablando de revolución, palabras que inspiraban a los que habían desechado ya toda esperanza de vivir en este mundo nuevo. Mary cerró los ojos y trato de concentrarse aun mas en las imágenes que se iban tan rápido como aparecían y justo cuando hiba a encontrar la imagen que buscaba…
- MARY, ¿mi clase no le parece interesante o qué? Si quiere dormir puede retirarse a la enfermería, pero no se distraiga en mi salón.- Mary abrió los ojos sorprendida y se fijo en la dura mirada de su profesor de filosofía. El señor Jaime era un hombre ya pasado de edad, que los años le habían enseñado como tratar a los adolecentes como alumnos, su cabello era cubierto de canas, no parecía que alguna vez hubiera sido lindo, tiempo atrás él era el más interesante de la clase, el que conseguía mas chicas y el que tenia las más bajas notas, pero el tiempo, como muchas cosas más, le quito la felicidad que siempre se le veía en su rostro juvenil.
- Lo lamento Jaime, no volverá a pasar.- Le respondió Mary mirando apenada a su alrededor, los alumnos se encontraban mirándola con risa en sus ojos brillantes, todos sentados en filas totalmente alineadas, los pupitres eran de ese horrible color verde vomito que nuestra protagonista odiaba desde siempre, y para ser mas vomitivo el lugar las paredes estaban pintadas de naranja pero el tiempo le había quitado color así que era un naranja pálido. Mary como cualquier persona normal se pregunto, ¿El que fundó la institución era ciego? Qué horror, obviamente ella prefería mil veces su anterior colegio con murales hechos por los alumnos, donde no se tenía que usar un horrendo uniforme cuando había exámenes.
- Bueno, señorita Karyna, ¿En que estábamos?- Pregunto dirigiéndose a una niña de nariz respingona que siempre tenía el cabello perfectamente recogido y siempre estaba bien puesta, se podría decir que era una de las más bonitas del salón, pero todos se aprovechaban de ella por su buena voluntad, ella se encontraba levantada leyendo las líneas del libro de lectura pero antes de que pudiera proseguir sonó el timbre y los alumnos como manadas de elefantes cansados de estar enjaulados salieron corriendo y haciendo un montón de ruidos.
Mary se levanto de su puesto, se quito la capucha del saco que tenia puesto y se dirigió hacia la puerta.
- Mary, detente y acércate por favor.- Ella volteo a ver y Jaime se encontraba sentado en su escritorio que era totalmente negro y se acerco a el.- En estos días te he notado un poco mas distante de lo normal, ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas alguna ayuda con algo?- Mary se fijo en los ojos claros del profesor ya casi sin brillo.
- Lamento lo que paso hoy, es que no dormí bien anoche, pero no sucederá de nuevo, lo prometo.
- Ojala que lo digas enserio, porque no es la primera vez que pasa y que me dices que no volverá a pasar.- Me miro a los ojos con cara de reproche y yo le sonreí.
- Es enserio, juro que esta vez no volverá a pasar, es que ayer tenía muchos trabajos que hacer para hoy así que no descanse muy bien.- El profesor de respuesta le sonrió también dejando que en su cara aparecerán arrugas y luego con un solo gesto de la mano la dejo marcharse.
Mary dio media vuelta y salió a los corredores donde se encontró con unas amigas de la clase y se unió a la conversación, la cual no se entendía nada porque era idioma adolecente así que ella se tardo en acoplarse un poco a las estupideces que ellas decían.
- Yo me imagino con mucha plata pero sola- Dijo una gritando tratando de hacerse notar.- Yo se que nunca voy a encontrar al man que me aguante y no me voy a casar.
- Eso es triste.- Dijo Mary pensando que ellas en realidad no conocían el amor, ellas siempre hablaban de que una relación amorosa larga es una de un mes y eso no era nada maduro de su parte, pero ella se guardaba esos pensamientos para ella misma.
- Pero Juancho te aguanta, lo que es increíble.- Le respondió otra niña un poco más alta. En realidad no se podía saber quien decía algo y para quien, todos los comentarios iban unos sobre otros y todas gritaban.
- Si, pero yo no lo aguanto, yo no me podre casar cuando grande.
- Además que los matrimonios siempre dañan la relación.- Exclamo otra de cabello rubio que tenia la cara redonda y cachetona.
- Yo sueño con casarme en una playa con un vestido grande y completamente blanco.- Dijo la mas pequeña del grupo, una niña pecosa.
- Osea que te quieres casar por la iglesia. Si te divorcias no te puedes volver a casar por la iglesia y no puedes tener un vestido blanco otra vez.- Dijo la gritona
- Ussshhh! Yo odio la iglesia, ósea creo en algo pero no en el hombre, la iglesia es una falsedad.
- ¿Hicieron la tarea de sociales? La de la reforma de 1850 de Colombia- Pregunto Mary porque se le acababa de venir a la mente esa tarea.
- LA TAREA! – Exclamaron tres al mismo tiempo y una de ellas se apresuro a contestar: - Tenemos que hacerla en el descanso.
- ¿Pero no íbamos a ver la foto del Black Berry de Manuel?
- Ya vista la foto Mary? ¡PAPASITO¡
- Ustedes saben que yo no tengo uno de esos aparatos, además no los necesito, me estorbaría un celular así, detendría mi intelecto.- Dijo Mary tratando de verse madura y un poco cómica al mismo tiempo.
- aaa…. ¿Ya viste la foto de Manuel? Te la tengo que enseñar.
Mary se ofendió por la conversación tan careciente de sentido para cualquiera y se despidió del grupo dirigiéndose hacia la tienda. Paso por el pasillo donde había miles de posters con información sobre los talleres de después de clases y luego llego a un pequeño salón que lo habían remodelado como tienda, al fondo de este se encontraba un estante con todas las golosinas posiblemente imaginadas y todas las bebidas, y al otro extremo, casi  junto a la entrada se encontraba una especie de panadería donde siempre trabajaba Gorgori, un señor muy tierno que siempre sonreía a todos los estudiantes, su pansa que siempre entraba dos pasos más adelante a un lugar que él lo hacía ver como típica publicidad para algún tipo de postre. En el centro del salón se encontraban mesas redondas para los que iban allí, en ese lugar siempre se sentía una especie de energía calmada, allí las personas hablaban pero no muy alto, lo que hacía que leer fuera delicioso y todo lo mejoraba el aroma de los pastelillos de azúcar recién hechos de Gorgori.
- Buenos días Gorgori, hoy veo el lugar un poco desocupado.- Gogori le sonrió con cariño y con sus gordas mejillas rojas por trabajar tanto en el calor.
- Buenos días Mary, hoy hay menos estudiantes porque todos están probando la nueva tienda donde se venden cosas horribles para la salud como papas y hamburguesas y todas esas cosas que no me gustan.
- Me imagino que debe de ser malo para ti. ¿No?
- No, de todas maneras me pagan igual.- Los dos rieron y Mary volvió la cabeza y encontró a un niño que no había visto antes solo en una mesa. Gorgori noto hacia donde iba la mirada de Mary y le susurro.- Es un estudiante de intercambio, es nuevo, pero me aseguraron que planeaba terminar su educación en este lugar.
Mary se quedo viéndolo, su mano derecha sostenía una obra de William Shakespeare, tenía una pierna encima de la otra, unos jeans oscuros, una camisa azul oscura y unos tenis normales blancos. Ella se dio cuenta que llevaba mirándolo por mucho tiempo así que decidió volverse hacia Gorgori.
- Querido amigo, ¿Me prestarías por un segundo la parte de atrás de tu panadería?
- Umm... Misión de conquista.- Rieron.
- No, misión de conseguir nuevos amigos.- Gorgori le abrió una pequeña puerta, de resto ella ya sabía el camino, no era la primera vez que se cambiaba de emergencia allí con sus amigas.
Dentro hacia un calor infernal y todos los olores más exquisitos se conminaban haciendo un olor desagradable, pero lo que más destacaba era la canela. Mary se quito ese enorme saco que tenia puesto y se soltó el cabello dejándolo caer sobre sus hombros, se aplico un poco de brillo en los labios y reviso antes de salir si no te le había ensuciado la ropa, cuando salió agradeció al cielo que el chico permanecía allí, parecía como si fuera una estatua. Gorgori le hizo señas de que estaba hermosa y ella le pico el ojo, luego se acerco hacia el chico y se sentó.
El niño pareció no darse cuenta en seguida pero después la percibió y con interés bajo el libro, Mary leyó la portada y sabia de que trataba la obra.
- ¿Te gusta Hamlet?- Él la miro con cara de raro y asustado y luego rio, ella se sintió incomoda y un poco desconcertada.
- Vienes a hablarme y solo te interesa el libro.- El rio aun mas fuerte.- Hola, mucho gusto, me llamo Dominique y tú, ¿Cómo te llamas?- Mary entendió al instante y sonrió.
- Mary, mucho gusto. Qué pena por la primera impresión que te di, solo que quería iniciar una conversación.
- No, tú querías iniciar un tema sin inicio de una conversación alguna. Yo hubiera podido decir algo como si, me gusta el libro y allí acabaría nuestra conversación.
- Entonces si te gusta, ¿No?- Rieron por las  palabras tan extrañas que se dirigían.
- Si, pues me parece interesante, un poco escalofriante.
Hubo un minuto de silencio donde sin saber que decir se detallaron mutuamente, Mary por un lado descubrió que el chico que tenia al frente era muy sexy, su nariz era recta, sus ojos claros y llenos de brillo estaban bien definidos y su cabello oscuro un poco rebelde lo hacía ver como algo único. Dominique por otro lado la vio detalladamente y también noto que era hermosa, sus labios carnosos y rojos le daban un toque de juventud divina y de seducción, su nariz era un poco respingada, sus ojos eran grandes, y por estos mostraba lo que quería decir, su cabello era celestial, lo tenía largo y no completamente liso, si no que un poco ondulado, era castaño y se notaba que se había hecho como una especie de rayos más claros que no se le veían nada mal, su ropa era pegada al cuerpo, su camiseta rosada la hacía ver femenina y delgada y sus jeans hacían que su…. Pierna se viera como de modelo. Dominique se sonrojo por sus pensamientos.
- ¿Te paso algo?
- No, nada.- Dijo él avergonzándose de sus locos pensamientos.
- Claro que si, dime que pensaste, estas sonriendo, dime.- Mary sonrió llena de curiosidad y dejo ver su dentadura perfecta.
- Olvídalo, enserio.- Los dos rieron, en verdad estaban pasando un muy buen tiempo y cualquiera que los viera en ese momento diría algo (depende de la edad que tenga ese cualquiera) como: ¿Sera que tienen un problema mental? Parecen lelos, o, Ellos van a terminar siendo pareja, lo sé, o, ¿Sera que pueden hacer menos ruido?
En ese momento sonó la campana que indicaba el ingreso a los horribles salones y los dos se levantaron rápidamente y se despidieron de beso en la mejilla, lo que tomo por sorpresa a Mary, ella recogió rápido su maleta, en donde había guardado su ropa fea y los dos salieron juntos de la tienda.
- Ok, entonces adiós, nos vemos.
- Si, adiós.
Caminaron y caminaron hasta que se volvió incomodo el momento, el pasillo termino en otro que se dividía en dos y se volvieron a despedir riéndose un poco, Mary tomo por la derecha y Dominique... ¿También? Los dos se miraron y hubo un silencio incomodo.
- ¿Me estas siguiendo?- Pregunto Mary un poco frustrada
- No, ¿Tu me estas siguiendo?
- Obviamente no, espera detente.- Los dos se detuvieron un segundo y se miraron a los ojos.- ¿Qué clase tienes ahora?
- Literatura.- Ella puso sus ojos como platos y sonrió.
- Tenemos el mismo horario de la tarde.- Dominique se burlo.
- Ahora esto si tiene sentido.
Caminaron juntos hasta el salón de literatura y Mary, como lo hacia todos los días respiro hondo y se relajo momentáneamente, para ella esta era la mejor clase de todas, primero porque le encantaba la lectura, segundo porque no había nadie que conociera allí, hasta ahora y tercero porque era el único salón que tenia los puestos color madera y las paredes totalmente blancas.
- Señorita Mary, ¿Cómo le fue con la tarea?- Pregunto el profesor, un hombre muy joven que usaba lentes y ropa de artista. Lectores, les presento a la divinidad de Mary: Manuel. ¿Recuerdan la conversación un poco confusa de las amigas de Mary? Si no lo recuerdan les aconsejo que se detengan de leer y revisen de nuevo las anteriores paginas. Aunque Mary fuera una de las niñas más inteligentes y maduras del lugar no se le puede negar la adolescencia, ella estaba ciegamente enamorada de alguien inalcanzable que estaba a punto de casarse. Es algo difícil de entender para los que no han tenido niñez y para los hombres que ignoran un poco estas cosas cursis.
- Excelente Manuel, por cierto, te presento a un estudiante de intercambio, Dominique.- Dijo Mary señalando a su nuevo amigo con la mano pero sin apartar la mirada de su profesor.
- Hola Dominique, queda un asiento vacío al lado de Mary, menos mal que se conocen. Sigan rápido por favor para iniciar la clase.
Los dos se dirigieron a la parte de atrás del salón y se sentaron a escuchar atentamente a Manuel, pues, esto era lo que hacía Mary, en cambio Dominique no podía dejar de mirar a Mary con curiosidad.

1 comentario:

  1. Hey!!! oh dios lo hiciste? en serio!! jajaja no lo pense osea nunca nadie me ha dado un detalle asi de lindo en serio si estuviera en colombia te daria un lindo abrazo :3 creo que llorare xD!!! oh dios ahora dejame hablar de la historia :)
    Jaja siii a veces me duermo en clases jojo y si casi nunca presto atencion cuando las chicas hablan de sus novios y que estan enamoradas y todo eso, se me hace ...amm no lo se yo nunca me he enamorado tal vez por eso soy algo dura :s pero muy en el fondo soy una personaje romantica pero muy muy en el fondo :P me encanta!! :) es un comienzo!! prometo comentar! en todas!!!! jejeje me encanta qie hayas vuelto!!! :)

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