viernes, 13 de mayo de 2011

Capitulo 9

MF
- Estoy feliz de que hayas aceptado mi oferta, enserio, creí que iba a pasar todo lo contrario.- Dijo Dominique guiando a Mary por el camino hacia su hogar. Ella le sonrió, en realidad ella también estaba alegre, la presencia de él la hacía sentir como nueva.
- Creí que un cambio en mi rutina no me vendría nada mal. Además, creo que me caes bien.- Dijo ella en tono burlón, Dominique rio y enarco una ceja mirándola a ella.
- ¿Crees? A bueno…- Mary también rio y acomodo la maleta que llevaba sobre sus hombros.- Haci estamos, to’ bien.- Mary rio a carcajadas por lo chistoso que había sonado su voz, creyó estar al lado de él tipo de chicos que son, en un término fácil, ñeros.
Todo era diversión hasta que Dominique se detuvo frente a una calle desolada que contrastaba con todo el demás espacio. Mary fijo su mirada en el rostro de él y se preocupo un poco, no tenía un buen presentimiento.
- ¿Pasa algo? Por favor sigamos, no es que sea una miedosa, pero esta calle no pinta nada bien.- Dominique fijo una mirada preocupada en ella, como queriendo decir algo pero al mismo tiempo intentando ocultarlo, al responderle bajo su tono de voz, ahora era casi un susurro, tenía un tono grueso.
- Perdóname por ponerte en una situación tan incómoda como esta pero para llegar a mi apartamento tenemos que atravesar estas calles.- Él noto la cara de miedo de Mary y rápidamente intento calmarla.- Pero no te preocupes no es tan malo, además, juro que nunca dejare que nada malo te pase.- Ella volteo a verlo a los ojos, su mirada pasaba de la calle al rostro de Dominique, su rostro le inspiro confianza e inclino la cabeza un poco indicando que estaba dispuesta a pasar por esa calle de infierno.
Dominique le ofreció su brazo a ella, y como en tiempos antiguos ella agarro su brazo y se pego contra su cuerpo. Sentía los músculos trabajados de él, su cuerpo era cálido, se sintió protegida, como si su lugar fuera ese. Pego su cara contra el hombro de él y respiro detectando su aroma, era delicioso, un poco dulce, no muy fuerte. Suspiro y él sonrió. Se decidieron y empezaron a caminar hacia la oscuridad, de repente ella vio como a los costados de la estrecha calle se abrían unos pasadizos donde aguardaban ratas, perros callejeros y una que otra pareja haciendo cosas que ella no quería ni adivinar ni averiguar. En uno de esos lugares vio a un hombre que la vio de manera pedófila, se sintió desnuda y se junto mas a Dominique recostando todo su cuerpo en él, no se sentía bien, el se agacho un poco hacia su oído y le susurro lentamente.
- Tranquila, ya vamos a llegar. Y una cosa, pase lo que pase, venga el que venga no muestres miedo, mantente tranquila.- Mary en primer momento se sorprendió y luego volvió a su estado de miedo, Dominique al pronunciar estas palabras se refirió todo el tiempo a Raquell que siempre se le aparecía al menos que estuviera ocupada en uno de sus ``negocios´´.
Caminaron, los segundos se hacían eternos y de un momento a otro apareció Raquell entre las sombras, Mary la alcanzo a divisar y se sorprendió pero recordó lo que le había dicho Dominique, mantener todo el tiempo la calma. Dominique vio a Raquell y ella al notar que estaba acompañado por alguna razón que él no entendió ella sonrió pícaramente y se alejo por el mismo camino que por donde vino, él quedo totalmente desconcertado, igual que Mary, por la mirada de Dominique entendió que él la conocía y que momentos antes el se refería a esa mujer de ropas destruidas y de maquillaje corrido.
Por fin apareció la luz, ella acelero el paso feliz y el también noto la alegría en el ambiente y dejo que ella lo guiara hacia la luz.
Llegaron a la entrada del edificio donde se encontraba uno de los guardias, todos los días era uno diferente. Dominique abrió la puerta primero y la sostuvo para que Mary pasara sin ninguna complicación, aun se encontraban con los brazos entre lazados. Ella sentía que si por algún momento se soltaban la felicidad terminaría, no soportaba la idea de alejarse de él.
- Señor Broussard, muy buenas tardes.- El guardia acaricio su corta barba, ya blanca a causa de la edad.- Veo que trae visita. Buenos días señorita.- Ella sonrió y también saludo.- Pero si eres muy bella, te ganaste la lotería señor Dominique.- Se rio fuertemente con sus manos sobre su inmensa barriga como si no se pudiera sostener sola. Mary se sonrojo y volteo su mirada para otra parte, sin que ella se diera cuenta Dominique le sonrió con cariño y ternura y volvió su mirada al guardia.
- Bueno, te dejamos.- Los dos reanudaron su camino hacia el ascensor y el guardia satisfecho consigo mismo sonrió.
Entraron en él y se quedaron en un tipo de silencio incomodo, cuando por fin llegaron al piso correspondiente las puertas se deslizaron pesadamente abriéndose y dándole paso a los dos a un largo pasillo, caminaron hasta una puerta grande de madera, Dominique alcanzo sus llaves que llevaba en uno de los bolsillos del jean y abrió la puerta.
- Bienvenida a mi hogar, sigue por favor, siéntete cómoda.- Se sonrieron, él para hacerla sentir cómoda y ella agradeciéndole por su atención, ella siguió y se enamoro del apartamento, era todo lo que había soñado, un lugar simple en donde ella pudiera vivir sola, claro que lo haría con una decoración completamente diferente. Algo mas artístico quizás.
Dominique entro al lugar y cerró la puerta tras sí. Ella se sentó en el sofá frente al televisor.
- ¿Quieres algo de beber?- Pregunto él con la mirada fija en ella, en verdad que era muy bonita.
- Si, gracias, tal vez un poco de agua por favor.- Le sonrió y él devolviéndole la sonrisa desapareció dentro de la cocina, todo estuvo muy callado hasta que él regresó con las bebidas. Le entrego un vaso con agua en su mano derecha y se sentó a su lado.- Entonces… ¿A qué hora empieza el documental?- A Mary ya se le había olvidado de que trataba el documental y a Dominique también, quedo sorprendido cuando ella le formulo la pregunta porque estaba atontado viéndola fijamente, sus ojos repasaban cada parte de su cuerpo aprendiéndose sus movimientos y gestos. Ella se rio.
- ¿Qué? ¿Te quedaras viéndome todo el día?- El sacudió su cabeza y rio súper avergonzado, alcanzo el control remoto que reposaba en una mesita y encendió el televisor, el documental estaba apenas empezando. La luz se reflejaba de manera molesta en la pantalla, casi no se podían ver las imágenes que pasaban en ella.
- Mejor bajo las persianas, no se ve muy bien con toda esa luz.- Dominique se levanto y al acomodar las persianas de todas las ventanas el lugar quedo oscuro, pero no lo suficiente como para estar totalmente ciegos, la luz que aun entraba por loa agujeros dejaba ver las formas de las cosas y algunos colores.
Se sentaron cerca, sus respiraciones eran fuertes, Mary sentía que algo le oprimía el pecho para evitar que respirara bien y Dominique aunque no apartaba sus ojos de la pantalla solo estaba pendiente de la presencia de ella. El silencio se hizo incomodo porque aunque no lo quisieran aceptar los dos tenían claro que ninguno le estaba prestando atención al documental, pero al final termino y los dos se quedaron viendo lo que iban a poner luego de programación.
- Estuvo muy interesante, enserio, me gusto.- Dijo ella acomodándose su cabello suelto sobre sus hombros.
- Si.- Dijo él, por alguna razón evitaba mirarla a la cara, se sentía como un idiota.
Mary volteo a verlo a la cara y le sonrió amistosamente. Él le devolvió la sonrisa y sin poder evitarlo se quedaron mirando fijamente, Mary noto como la sonrisa desaparecía del rostro de Dominique y de sus ojos aparecían brillos de deseo. La sonrisa de ella fue desapareciendo poco a poco y trago saliva sonoramente, su pecho parecía que fuera a estallar, los latidos de su corazón cada vez eran más fuertes y rápidos. Dominique se acerco lentamente a ella, sentándose a su lado, sus muslos se rozaban lo que hacía despertar los sentidos de ella.
El paso su mano derecha por la mejilla de ella y luego de acariciarla con sus dos manos sostuvo la cabeza de Mary como si tuviera un tesoro en sus manos, cogía su rostro con delicadeza pero al mismo tiempo con seguridad absoluta.
Los labios de Mary se encontraban un poco abiertos, los cerro durante un segundo y sin poder evitarlo los dejo reposar de nuevo haciendo que su boca se abriera un poco, solo unos milímetros. Sus caras se acercaron lentamente, aunque se deseaban trataban de hacer el momento lo más perdurable posible, en la atmosfera se sentía que por cualquier insignificante detalle el momento se arruinaría, y esos momentos nunca se pueden arruinar porque no vuelven a pasar.
Cuando por fin sus labios se rozaron el bajo sus manos y las entrelazó detrás de la cintura de Mary, los labios de Dominique consintieron los de Mary hasta que los de ella reaccionaron, le devolvió el beso delicadamente, cada vez se daba con más seguridad. El momento fue tan perfecto que sus labios, ya sincronizados, decidieron ir a otros niveles, era el cuerpo quien decidía, no la mente, esta se encontraba ya muy lejos, o al contrario muy cerca pero oculta.
El beso se torno seductor y luego apasionante. Sí, se necesitaban mutuamente. Era como si su destino siempre hubiera sido estar juntos por siempre.
¡Qué buen besador era Dominique! Mary sentía como los labios de él le quemaban los suyos y luego su cuello. Él bajo hasta que sus labios se encontraron con el hombro de ella y antes de que hiciera alguna otra cosa Mary en una técnica se levanto y termino encima de él. Su cuerpo simplemente había reaccionado, no es que ella lo hubiera pensado, solo lo hizo. Los dos estaban felices hasta que se dieron cuenta de lo que ocurría. Se quedaron inmóviles. Ese movimiento no era la primera vez que Dominique lo veía. Mary se pregunto si había hecho algo malo porque la mirada de Dominique era diferente, como de disgusto y al mismo tiempo de pensamiento. Ella se quedo mirando la mirada de el por un instante y solo necesito eso para entenderlo, los dos se habían delatado, ella con su movimiento y el con su mirada.
Ella hizo un gesto de sorpresa, simplemente no podía creerlo, en primer lugar había sido muy estúpida por haberse dejado llevar por sus emociones y en segundo lugar ¿Qué es lo que estaba haciendo allí? Se estaba besuqueando con el hijo de él gran Broussard, de nuevo.
El gesto de Dominique Broussard se volvió completamente serio, tanto que ella creyó que la estaba mirando mal. Se levanto rápidamente y se arreglo su ropa y su cabello. Él, aun hipnotizado por lo acontecido se levanto solo un poco del lugar en donde se encontraba, sin darse cuenta había terminado acostado, con un botón de la camisa suelto y el cabello desordenado. Esa chica sí que era buena en lo que hacía.
- Creo que no fue buena idea haber venido.- Dijo ella casi en un susurro, ya estaba seria pero en realidad se sentía muy triste, era como si los dos hubieran jugado con sus sentimientos y emociones sin darse cuenta. Solo se habían lastimado mutuamente. El se aclaro la garganta y asintió con la cabeza.
- Creo que estas en lo cierto. Pero ¿Por qué?- Mary entendió su pregunta por la forma en que la dijo.
- No lo sé, estas mierdas pasan. Lo lamento, enserio.- Pronuncio estas palabras hablando como Mary, la niña normal que le gustaba pasar el tiempo con sus amigos. Y Dominique en un momento dejo pasar una mirada de profunda tristeza. Y al hablar lo hizo como el chico normal que era.
- Yo también lo lamento hartísimo, no tienes ni idea de cuánto.- Ella se acerco a la puerta y justo antes de que la abriera la voz de Dominique la hizo detenerse.- ¿Te vas? Ya es muy tarde, ¿No crees que sea preferible que te quedes esta noche?
Ella enarco una ceja suponiendo lo que no era, él rápidamente sonrió y con sus manos trato de borrar lo que había dicho.
- Quiero decir que es peligroso. Yo sé que eso no se compara para nada con los demonios pero igual no puedes pelear contra un humano. Yo te puedo ofrecer mi habitación, yo dormiré aquí.
Ella acepto su ofrecimiento y lo siguió hacia la habitación principal. Estaba a punto de entrar cuando de pronto él la detuvo con un gesto alarmado.
- ¿Me esperarías un segundo y ordeno un poco?- Ella acepto asintiendo con la cabeza, no tenía ganas de hablar, simplemente las palabras no salían de su boca. Decidió que estaba haciendo que el momento se hiciera muy incomodo y decidió hablar.
- Así que eres un Broussard ¿No?- El apellido lo pronuncio con desprecio y el, notando el acento en su apellido solo acepto con un sonido proveniente de su garganta.- No puedo creerlo, es que es imposible que tú seas uno de ellos.
- Créeme, pienso igual en cuanto a ti. Para mí también es imposible pensar que tú seas la bruja. Es que eres tan diferente que nunca lo hubiera sospechado, lastima por tus movimientos, siguen siendo los mismos.
- ¿En cuanto a sexo?- El se asomo por la puerta y la miro seductoramente.
- ¿Te parece que estábamos teniendo ese tipo de relación allí?- Mary sonrió pícaramente.
- Algo parecido.- Dominique sonrió mordiéndose el labio y repasando con su mirada el cuerpo de la bruja.
- Es extraño, saber que estás hablando con la misma persona pero también saber que te puedes comportar diferente con ella. ¿Me hago entender?
- Completamente. De hecho, en este momento es como si nunca hubieran estado aquí esos dos adolecentes, somos dos personas totalmente diferentes.
- Eso me deja mucho que desear.- Dijo Broussard volviendo a morderse el labio de abajo.
De pronto todo se oscureció, pareció algo sobre natural aunque en realidad no era algo fuera de este mundo.
- Ya es muy tarde, sigue.- Dijo el volviendo a ser Dominique. Ella siguió con respeto como si fuera Mary y le agradeció a él por todo. Luego lo saco con cariño de la habitación y cerró la puerta quedándose así sola en el cuarto.
Se sentó sobre la cama y miro a su alrededor, la habitación sencillamente era funcional, nada más. Observo por un segundo el armario y decidió que la mejor opción sería no abrirlo, se notaba que estaba lleno del desorden que tenia minutos antes sobre el suelo. Paso su mano por su nuca, hasta ese momento noto lo cansada que estaba, era increíble. Descargo su maleta al lado de la mesa de noche y se quito los zapatos dejándolos de manera organizada a un lado. Se levanto, se desabrocho el pantalón, lo doblo y lo coloco a un lado, de la misma manera lo hizo con su camiseta. Se sintió lo bastante confiada como para coger una camiseta de Dominique como pijama, le quedaba grande lo cual era perfecto. Se recostó en la cama y se cubrió con las mantas que había, eran muy suaves.
Estaba tratando de dormirse cuando escucho unos golpes en su puerta, cuando volvió a ver la puerta se abrió y entro a la habitación Dominique con una cara de desesperación. Su mirada lo decía todo, sí, querían estar juntos sin importar nada, aunque sea solo una noche.

2 comentarios:

  1. :O!!!! Me encanto el capitulo Flo!!!
    Me encanta!!! Me encanta! Me encanta!!!! wow ese beso! oye no sabia que ya sabian quien era quien! me encanta <3 adoro esta parejita :3! la adoro! es que me gusta !!!!! publica Flo, rapido! entiendes? no puedes hacerme esperar! demonios jaja quiero leer el siguiente ya!!!!

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  2. me encanta !!!! amooo tu novela tiene de todo un poco la combinacion perfecta enserio debes seguir esta nove o sino muero xD es de las mejores que he leido <3 debes publicar pronto porque la intriga me esta comiendo viva asi que no me hagas esperar mucho asi que como dice Mary Ann "publica Flo, rapido! entiendes? no puedes hacerme esperar! demonios jaja quiero leer el siguiente ya!!!!" enserio PUBLICAAAAAA :D xD

    Besos cami

    PD: pasate por mi blog atrevida-cami.blogspot.com

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