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Mary escucho el sonido chirriante de la puerta al abrirse, volteo su mirada en esa dirección y observo como de pronto Dominique entraba en la habitación en completo silencio.
- ¿Qué…? – De su voz solo se escucho un débil susurro al cual él no le puso cuidado, plácidamente se sentó sobre la cama, se deshizo de su pantalón y de su camisa quedando en bóxers.- ¿Qué haces?- Esta vez la voz de Mary sonó un poco más fuerte y la única respuesta que tuvo fue una mirada que no pudo descifrar. Dominique removió un poco las cobijas y con su boca aun cerrada se acostó junto a ella, paso su brazo derecho sobre la cadera de Mary y cuando se encontró cómodo suspiro. Bajo la poca luz que había ella noto una pequeña sonrisa que aparecía en los labios de él, parecía un cachorro complacido después de haber comido una enorme cantidad de concentrado.
Mary se volvió como una tabla, no sabía qué hacer ni que decir, de pronto él se levanto un poco apoyando su cuerpo con sus codos, sus rostros quedaron a la misma altura y casi tan cerca como para besarse.
- No puedo dejar de quererte.- Fueron las palabras que pronunciaron esos esquicitos labios, al principio ella solo leyó esos labios y luego noto lo que había dicho, se sorprendió un poco pero después comprendió.
- Ojala que todo fuera más fácil, pero los dos somos diferentes y los demás nunca nos dejaran.- Él también se encontraba pendiente de los labios de Mary, rojo carmesí. Paso su dedo índice sobre ellos acariciándolos de un lado a otro, ella se le olvido como respirar con calma.
- ¿Acaso te importa lo que piensen los demás? Tu y yo no somos diferentes, solo nuestras mascaras lo son.- Cuando hablo de las mascaras se refería a sus otras identidades, como bruja y como cazador.
- No me importan los demás, lo que dicen, me importa cómo reaccionan los demás, nos traería muchas consecuencias, MALAS.- La última palabra la intento resaltar sin mover mucho los labios que aun se encontraban aprisionados por el suave tacto de Dominique.
- ¿Y si lo mantenemos en secreto? No soporto mirarte ahora y pensar que no puedo tocarte.
- Yo tampoco, mis sentimientos son igual de fuertes que los tuyos pero…- Mary hizo una mirada de preocupación, ojala que todo fuera mucho más sencillo.
- Y si solo lo intentamos. Por favor, no lo soporto, debo tocarte, hablarte y… no sé, solo quiero estar cerca de ti, tu presencia invade todos mis sentidos.- Por su rostro cruzo una expresión o un gesto de dolor, pero solo duro un segundo.
- Podríamos intentarlo, ¿Por qué no? Pero nada de contacto en el trabajo, ni miradas ni frases modificadas.- Dominique sonrió efusivamente.
- ¿Eso quiere decir que si aceptas?
- ¿Aceptar? ¿A qué?- Mary se confundió, ya no sabían si estaban hablando de la misma cosa, se asusto por la mirada tan extrañamente penetrante que tenia él en el momento.
- Pues, ya sabes, en ser mi novia.- La última palabra la pronuncio en un tono más bajo que las demás lo cual le causo mucha ternura a ella. Mary sonrió y con una mano le aparto el dedo de sus labios, lentamente acerco su rostro al suyo y le dio un suave beso que después de unos segundos él se lo respondió de la misma manera.
El se rio en voz baja lleno de satisfacción y volvió a acostarse por completo a su lado, como estaba hace unos minutos.
- Estas utilizando mi mejor camiseta.- Pronuncio él en forma de burla, ella se sintió un poco avergonzada y le respondió rápido y de forma entre cortada.
- Si quieres me la quito, lo lamento, no creí que…- Ella se mordió el labio inferior sentándose sin saber qué hacer, en verdad no quería que él se molestara con ella.
- Claro que me encantaría que te la quitaras, pero creo que eso no estaría bien.- Él se rio y ella le pego con la almohada también riéndose.
- Tonto y aprovechado.- Se rieron al uní solo y ella se volvió a recostar, ya era muy tarde y estaban cansados.- Hasta mañana, que duermas bien.
Dominique hizo un sonido con su garganta dándole entender que lo mismo. Los dos se durmieron juntos, abrazados uno con otro, sin saber que les podría pasar al otro día.
- KI KI RI KI!!- Sonó un horrible gallo a las ocho de la mañana, Mary se despertó alarmada viendo a sus alrededores, se sentía confusa, en verdad que ese gallo sonaba horrible. Miro a su alrededor y con su mano sintió el calor que aun tenía el lado de la cama donde Dominique había dormido y ahora no estaba. Ella se levanto un poco y cuando iba a bostezar sonó de nuevo ese horrible gallo pero aun más fuerte. Mary sintió que ya conocía a ese gallo y sonrió.
- Querido, podrías despertar a los vecinos, o peor, invitar a las gallinas más feas del planeta a compartir una noche contigo.- Desde algún lugar del apartamento se escucho la risa de Dominique y él le respondió fuerte para que lo alcanzara a escuchar.
- Primero tendrán que encontrarme, si quisieras proteger a tu querido gallo de ese destino tendrías que buscarme antes que ellas ¿No crees?
Ella se levanto, se recogió el cabello en una cola alta y se fue a buscar a Dominique con una sonrisa en su boca, ella solo podía pensar que él estaba totalmente demente. Camino hacia la sala y se encontró con un espejo que había en el corredor, se hecho una mirada y noto lo sexy que se veía con esa camiseta, si se agachaba se le podría ver toda la cola, sonrió, menos mal que llevaba cacheteros. Camino hacia la cocina y escucho una risa que él no pudo contener, ya sabía dónde estaba su hombre, justo dentro de la cocina.
Camino sin tener cuidado en no hacer ruido.
- ¡Oh! ¿Qué será de mí? ¿Dónde estará Dominique que me ha dejado abandonada?- Se escucho de nuevo algo parecido a una risa contenida. Ella estaba preparada para entrar en la cocina y agarrarlo por las orejas cuando de pronto se acerco a la entrada y el apareció de la nada y en un rápido movimiento sostuvo en su mano su brazo derecho y su brazo que le quedaba suelto lo paso por detrás de la cintura de Mary acercándola hacia él y le robo un beso apasionado. Cuando se despegaron ella se sintió muy confundida.
- Buenos días Mary, hice desayuno.- Ella le sonrió enamorada.
- ¿Desayuno? ¿Seguro que no son alimentos tóxicos?- Los dos se rieron al tiempo.
- ¡Hey! Yo no cocino tan mal, tome clases.- Dijo él con un gesto de superioridad, los dos se volvieron a reír. Él se devolvió a la estufa y se puso pendiente de los huevos que estaba cocinando, ella lo abrazo por detrás acomodando su cabeza en su espalda.
- De hecho huele muy bien.- Acepto oliendo el ambiente, hace mucho que no comía huevos, generalmente los comía solo en la casa de su padre por lo que no era muy a menudo. Se pregunto cómo le estaría yendo a Franscesco solo en la casa, deseo que no la hubiera destruido aun.
- Mary, será mejor que te duches mientras que yo arreglo lo demás, llegaremos tarde al instituto, mejor vamos en mi auto y todo.- Mary asintió y antes de alejarse se volteo a hacerle una pregunta.
- ¿Tienes auto?- Él sonrió y asintió con la cabeza.
- Te sorprenderás.
Mary se alejo feliz hacia el baño, era algo pequeño pero suficiente para alguien que vivía solo, cerró la puerta y de desnudo dejando a un lado su ropa, ¿Será que era bonita físicamente? Se pregunto mirándose en el espejo, ella sabía que era bonita pero se preguntaba si los hombres la veían sexy, puede que no, puede que sí. Alejando ese pensamiento de la cabeza abrió la llave de la ducha y entro en ella dejando que el agua tibia callera por su cuello y espalda. Se hizo un pequeño masaje en las piernas y hombros y luego al terminar cerro la llave y alcanzo con su mano izquierda una toalla blanca que Dominique había puesto especialmente para ella. Mary salió de la ducha y desempaño un poco el espejo, se miro el rostro, se veía fresca y limpia, se sonrió. Estaba pensando en salir del baño cuando su mirada se clavo en los cajones que se encontraban debajo del lavamanos. Lo pensó unos segundos y llego a la conclusión de que no era lo correcto pero que la ``curiosidad mato al gato´´.
Con expectativa a los que se iba a encontrar allí se sentó sobre las baldosas frías que le hizo tiritar por unos segundos, luego tomo aire y abrió los cajones.
- MARY ¿Ya casi sales?- Pregunto una voz masculina desde el otro lado de la puerta, estaba casi gritando para que ella lo escuchara.
- Si, ya salgo, solo un minuto por favor.
Mary se concentro de nuevo en los cajones, eran simples, de madera pero lo que era interesante era lo de adentro. Dominique tenia hay guardado dos cepillos de dientes, unas tijeras, una cinta adhesiva y otras cosas que eran implementos básicos, Mary se sintió decepcionada pero justo cuando se hiba a levantar encontró algo rosado por entre las sombras, con delicadeza para que nada más se moviera lo saco a la luz, era la ropa interior que ella había usado en la fiesta. Increíble, el se había quedado con ella, que sucio. Mary sonrió al pensar lo que habían hecho esa noche, no se arrepentía por nada. Le pareció sexy por parte de él el gesto que quedarse con eso así que lo volvió a poner donde lo había visto. Se levanto del suelo y salió del baño, no vio a Dominique cerca así que fue a la habitación y se coloco la ropa que había usado el día anterior.
Dominique se había bañado antes de que ella despertara y después de haber desayunado él la condujo al sótano o garaje del edificio. Había muchos carros de marca y ninguno era el de él porque seguían caminando.
- ¿Está muy lejos?- Pregunto ella ya un poco cansada por llevar su pesada maleta llena de libros sobre sus hombros. El se volteo a mirarla y le sonrió.
- No, mira, esta justo allí.- Dominique señalo un punto específico en las sombras y conforme avanzaban la luz iba llegando, Mary no podía creer lo que veía ante sus ojos, dejo que su maleta resbalara de sus hombros hasta que callera al suelo, sus pies se detuvieron, sus ojos se abrieron como platos y su boca se abrió en un gesto de bruta (que pena por la palabra).
- ¿Te gusta? Es solo un cacharro.- Dijo él siendo sarcástico y limpiándose en mugre de las uñas, estaba recostado en ese increíble auto móvil lo que lo hacía ver mucho más sexy e interesante.
- ¿Cacharro? ¡Estás loco! Eso es un increíble…
Flo! como estas? espero que estes bien ! ni sabia que habias publicado :O! por eso no lo lei antes! me encanta, me encanta~!!! ♥
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